Agujas embalaje 4 Bohin

Descripción

Agujas embalaje 4 Bohin

En 1833, Benjamin BOHIN tenía 11 años. Hijo de un fabricante de objetos de hierro y cajas de madera, sueña con hacerse cargo del negocio familiar para lanzar la producción en serie. Después de dos negativas y tres fugas, ¡finalmente logró su objetivo! Artista inteligente, intrépido activo, hábil con las manos, jefe respetado e inspirador, logra fundar un verdadero imperio. Los BOHIN son una familia de inventores: le debemos a Benjamin las cajas protectoras para dispensar agujas, el imperdible y muchos otros. Trabajador visionario, sus viajes influyen en los debates locales. Él dirá «No olvidemos que la China abierta nos obligará a vivir de la competencia que nos harán sentir como en casa en todas partes al extenderse por todo el universo». En un contexto de crisis y competencia feroz, Benjamin BOHIN recorta las cartas del made in France: “Lucha contra el paro, compra francés”. Benjamin murió en 1911, después de una larga vida y proyectos exitosos.

Benjamin envía a su hijo Paul a estudiar nuevos métodos de producción en Alemania e Inglaterra. A su regreso, se hizo cargo de la empresa en 1874 y mejoró las máquinas. Sus esfuerzos en la calidad de la materia prima y el acabado de las agujas acabadas fueron recompensados ​​con una medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1889. La empresa se desarrolló tremendamente: compró fábricas y las modernizó, adapta su consumo energético. En 1914, BOHIN empleaba a 600 personas, incluidos servicios auxiliares como carpinteros, electricistas, jardineros e impresores. Al mismo tiempo, suma toda una gama de ferretería a su amplísimo catálogo de mercería. Después de Paul, la dirección de la empresa pasó a su hijo Paul, luego a su sobrino Jacques y finalmente al hijo de este último, Gilles.

En enero de 1997, el entonces director comercial Didier VRAC compró la empresa para los sectores de herramientas de mercería y cierres de papelería. Abrió los talleres de producción al público en general en marzo de 2014, y para llevar a cabo este proyecto contrató a Audrey RÉGNIER como directora del espacio cultural. En diciembre de 2017, Audrey y Fabien RÉGNIER, su marido y ex director del banco, compraron el negocio, el recorrido (“el museo”) y los edificios. Gracias a esta rica historia, hoy nos esforzamos por preservar nuestra posición como especialistas en mercería para ofrecerle equipos de costura, confiables, robustos, coloridos y útiles.